En una organización es fundamental ser coherente entre lo que se dice y lo que se hace.
Implica alinear los valores que representan la empresa y las acciones del día a día.
Cuando no hay congruencia, la confianza se desgasta y la gente se va.
La falta de congruencia puede destruir la reputación de una institución o empresa, y reconstruirla podría ser una tarea casi imposible.
¿Mienten?
Un ejemplo conocido es Enron, esta compañía americana del área de la energía estaba llena de prácticas corruptas e irregularidades financieras.
Mientras predicaba la ética y la integridad, sus directivos estaban involucrados en actividades fraudulentas que lo llevaron a perder su posición.
La falta de claridad en su discurso público y sus acciones internas dañaron a la empresa, afectando a empleados, accionistas y al mercado en general.
Volkswagen, en un tiempo conocida por su calidad y fiabilidad, fue sorprendida manipulando datos sobre emisiones de gases contaminantes en sus vehículos.
A pesar de que tenía una imagen de sostenibilidad, sus acciones internas eran contradictorias. Esta incongruencia causó una crisis de confianza y llevó a costosas sanciones.
Uber, durante su breve crecimiento, la compañía presentaba una imagen de innovación y revolución en el ámbito del transporte, presentándose como una opción moderna e innovadora ante los servicios de taxi tradicionales.
No obstante, tras esta fachada, la organización enfrentó graves obstáculos relacionados con la cultura interna y las estrategias éticas.
En 2017, una serie de revelaciones sacudieron a Uber, revelando un entorno de trabajo tóxico y problemas de acoso y discriminación.
La diferencia entre los valores declarados y las acciones reales tuvo consecuencias desastrosas.
Cinco recomendaciones
1. Definir y comunicar la filosofía y valores de manera clara
Es importante que los valores de la empresa estén claramente definidos y sean comprensibles para todos, desde los empleados hasta los clientes. Comuníquelos de manera coherente y asegúrese de que sean parte integral de la cultura de la empresa.
2. Implementar políticas y prácticas consistentes
Los valores declarados deben reflejarse en las políticas y prácticas de la empresa. Si la empresa valora la sostenibilidad, por ejemplo, adopta prácticas sostenibles en toda la organización. La consistencia es esencial para evitar la incongruencia.
3. Capacitar a la gente en ética y transparencia
Una empresa congruente requiere empleados que entiendan la importancia de la ética y la transparencia. Guía a los empleados a tomar decisiones alineadas con los valores y filosofía de la compañía.
4. Establecer mecanismos de control y seguimiento
Es esencial contar con mecanismos de control para detectar y corregir posibles incongruencias. Establece sistemas de auditoría y seguimiento para asegurar que la empresa esté alineada con su filosofía.
5. Fomentar la comunicación abierta y la retroalimentación
Cuando no hay comunicación abierta, los resultados suelen ser malos. Es esencial promover un ambiente donde los empleados se sientan cómodos compartiendo sus preocupaciones y ofreciendo retroalimentación o soluciones puntuales a situaciones en la empresa. Esto ayuda a identificar problemas antes de que se deriven en una crisis.
La incongruencia puede tener efectos devastadores en una empresa. Desde la pérdida de confianza de los clientes, hasta el colapso total, las consecuencias pueden ser catastróficas.
Sin embargo, con valores claros, políticas consistentes y una cultura de comunicación abierta, las compañías pueden evitar estos peligros y mantener la confianza de sus clientes y empleados.
La clave es alinear lo que se dice con lo que se hace.
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