La diferencia entre estrategia y planificación estratégica

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En el panorama empresarial actual, tan competido, los términos «estrategia» y «planificación estratégica» suelen utilizarse indistintamente.

Sin embargo, según Roger L. Martin, autor del libro “Playing to Win” (Jugar para ganar), estos dos conceptos son distintos y no deben confundirse.

 

 

Profundizaremos en la perspectiva de Martin sobre por qué estrategia no es lo mismo que planificación estratégica, y exploraremos las implicaciones de esta distinción para las empresas que aspiran a triunfar en sus respectivos sectores.

 

Definiciones de estrategia y planificación estratégica

Para comprender la disparidad entre estrategia y planificación estratégica, es crucial entender sus definiciones.

La planificación estratégica suele referirse al proceso de fijar metas, definir objetivos y esbozar los pasos para alcanzarlos. Implica previsión y presupuestación, y a menudo conduce a una hoja de ruta detallada para el futuro.

Por otra parte, la estrategia implica tomar decisiones sobre dónde competir y cómo ganar. Es un concepto que requiere un profundo conocimiento del entorno empresarial, la competencia y las capacidades únicas de la empresa.

La estrategia como elección

Martin expone, la estrategia consiste fundamentalmente en tomar decisiones.

Una estrategia sólida ayuda a una empresa a diferenciarse de sus competidores y a aprovechar sus capacidades únicas.

Implica responder a preguntas críticas como a qué clientes servir, qué necesidades satisfacer y cómo aportar valor de forma diferenciada.

La estrategia marca el rumbo de la organización, orientando la toma de decisiones y la asignación de recursos.

Sin embargo, la planificación estratégica suele centrarse más en la ejecución y aplicación de objetivos predeterminados que en la toma de decisiones estratégicas. Tiende a preocuparse más por el proceso de creación de planes, presupuestos y calendarios, sin explorar necesariamente la lógica subyacente y la ventaja competitiva.

La estrategia es subrayadamente tomar decisiones

Continúa diciéndonos que la estrategia consiste fundamentalmente en tomar decisiones.

Una estrategia sólida ayuda a una empresa a diferenciarse de sus competidores y a aprovechar sus capacidades únicas.

Implica responder a preguntas críticas como a qué clientes servir, qué necesidades satisfacer y cómo aportar valor de forma diferenciada.

La estrategia marca el rumbo de la organización, orientando la toma de decisiones y la asignación de recursos.

No así la planificación estratégica suele centrarse más en la ejecución y aplicación de objetivos predeterminados que en la toma de decisiones estratégicas.

Las trampas de la planificación estratégica

La planificación estratégica es indudablemente importante para que las organizaciones alineen sus actividades y garanticen una ejecución eficaz, aunque Martin sostiene que un énfasis excesivo en este proceso puede conducir a fracasos estratégicos.

Cuando las empresas confían únicamente en la planificación estratégica, tienden a ceñirse a las fórmulas existentes y a seguir las convenciones del sector.

Este planteamiento no suele tener en cuenta la dinámica cambiante del mercado ni fomentar la innovación y la adaptación.

La estrategia, por el contrario, obliga a las organizaciones a pensar de forma crítica sobre su sector, sus competidores y su propuesta de valor.

Anima a las empresas a cuestionar continuamente sus supuestos y a estar abiertas a nuevas posibilidades.

Al dar más importancia a la estrategia que a la planificación estratégica, las empresas pueden fomentar una mentalidad proactiva y dinámica que les permita adelantarse a los acontecimientos.

El papel de la estrategia en el éxito sostenido

El argumento de Martin es que la estrategia, como disciplina, debe ser una práctica continua y no un acontecimiento puntual.

Desarrollar una estrategia coherente y sólida exige un análisis, un aprendizaje y una adaptación constantes.

Implica comprometerse con el ecosistema empresarial más amplio, comprender las necesidades cambiantes de los clientes y explorar nuevas oportunidades.

La planificación estratégica, que sí es importante para la ejecución, debe ser una herramienta al servicio de una estrategia bien definida y en evolución.

Al dar prioridad a la estrategia sobre la planificación, las organizaciones pueden seguir siendo ágiles y receptivas, lo que les permite aprovechar las oportunidades emergentes y sortear las disrupciones del sector con eficacia.

Cierre

En el libro “Playing to Win”, Roger L. Martin hace hincapié en la distinción entre estrategia y planificación estratégica.

Mientras que la planificación estratégica se centra en la ejecución y aplicación de objetivos predeterminados, la estrategia consiste en tomar decisiones que diferencien a una empresa e impulsen su éxito.

Aunque ambos aspectos son necesarios para el éxito organizativo, un énfasis excesivo en la planificación estratégica puede obstaculizar la capacidad de una empresa para adaptarse e innovar.

Al reconocer la estrategia como una disciplina continua, las empresas pueden fomentar una mentalidad que promueva el pensamiento estratégico, la agilidad y el éxito sostenido.

Adoptar esta perspectiva permite a las organizaciones sortear incertidumbres, identificar nuevas oportunidades y mantenerse a la vanguardia en un panorama empresarial en constante evolución.

Por: Víctor Raúl Ordóñez

Consultor de Brand Marketing.
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